USOS EFECTIVOS DEL DOBLE LIFT
1. Eliminar algo que estorbe a la hora de colocar la carta en el tapete.
RECOMIENDO IR AL PUNTO 3
Esta estrategia es clásica. Realizo el doble, me dispongo a poner la carta de cara sobre el tapete pero reparo en algún objeto (pelusilla, rotulador, estuche...) que me estorba. Para quitarlo de en medio, la mano derecha vuelve a voltear la(s) carta(s) sobre la baraja y queda libre para apartar dicho objeto.
(Esto es una acción en tránsito, secundaria en relación al objetivo de apartar el objeto. Es decir, tienes que sentir que lo pretendes es apartar el objeto que estorba. Dejar la carta en la baraja es algo secundario, circunstancial para tu propósito primero).
A continuación, la mano derecha, tras apartar el objeto, coge la carta superior del mazo -que el pulgar izquierda ya ha desplazado ligeramente a la derecha- y la coloca sobre el tapete, de dorso, claro.
(También tienes la opción de que sea la propia mano izquierda, ayudada del empuje del pulgar izquierdo, la que deposite la carta en la mesa. Quizá esto sea más económico y fluido, ya que, a la vez que la mano derecha aparta el objeto, la izquierda deposita la carta en su lugar.)
Sea como fuera, es CLAVE que el objeto que estorba esté situado en el centro del tapete o en lugar relevante para la acción. Si el objeto estuviera muy alejado del centro o zona clave, apartarlo sería poco natural, ya que, en este caso, habría espacio suficiente en la zona central o principal para depositar la carta sin más historias.
(Otra cosa es que el objeto sea relevante para el efecto, cosa que veremos en el punto siguiente.)
2. Colocar la carta debajo del objeto
Esto es una opción mejor aún que la anterior.
Realizo el doble, me dispongo a poner la carta de cara sobre el tapete pero reparo en el objeto debajo del cual tengo la intención de colocarla. Para levantar el objeto, la mano derecha vuelve a voltear la(s) carta(s) sobre la baraja y queda libre para levantarlo.
(Como apreciarás, de nuevo la dejada del doble sobre la baraja es una acción en tránsito en relación al objetivo de levantar el objeto.)
A continuación la mano izquierda, ayudada del empuje del pulgar izquierdo, deposita la carta en la mesa, todo esto mientras la derecha sostiene el objeto entre sus dedos. A continuación la mano derecha deja el objeto encima de la carta.
En esta opción la ubicación del objeto en el tapete es irrelevante, ya que, esté donde esté, nuestro objetivo es colocar la carta debajo de él.
Observa cómo, entre otras ventajas de este manejo, la carta pierde parcialmente el foco de atención y lo comparte con el objeto en cuestión, lo que nos es beneficioso, tal y como hemos visto en la primera parte del artículo.
3. Colocar la carta entre las manos del espectador
amos a ver un ejemplo que tiene a su favores varios de los puntos vistos al comienzo del artículo (justificación de manejo, misdirection temática, falsa proximidad y reserva del nivel de información).
Supón que das a elegir una carta, la devuelven a la baraja y mezclan. En realidad conoces su identidad por forzaje, vistazo o m.
Ahora coges la baraja y la extiendes de cara hacia ti, localizando la carta. A continuación, cortas por ella, de modo que la carta quede en posición TOP o superior.
Ahora realizas el doble lift y se verá una carta cualquiera. Dices que es tu carta policía.
Coges el doble en la mano derecha viéndose dicha carta de cara y lo acercas al espectador. De repente dices:
Coloca la mano así.
Para ilustrar el modo en que tiene que colocar la mano, la mano derecha deja un momento -en tránsito- el doble de dorso sobre la baraja para, en seguida, colocarse palma arriba un momento delante del espectador, enseñándole así el modo en que tiene que colocar su propia mano.
En cuanto el espectador coloca su mano de esta guisa, el pulgar izquierdo empuja la carta superior y la mano derecha toma esta carta y la coloca -de dorso, claro- sobre la palma del espectador. Enseguida le pides que coloque la otra mano encima, quedando la carta emparedada entre sus palmas.
A continuación indicas que la carta policía va a guiar la intuición del espectador para encontrar la carta elegida.
(En realidad, el espectador ya tiene entre sus manos la carta elegida y en la carta policía está en la posición superior del mazo.)
Desde la misma posición de dar, el pulgar izquierdo empieza a riflear la esquina superior izquierda del mazo hasta que el espectador te detenga. Así se lo indicas.
Cuando te para, la mano derecha sujeta el mazo en posición biddle y el índice derecho realiza un corte deslizante del paquete superior, formado por las cartas que has liberado con el hojeo. Este paquete cae sobre la palma izquierda.
Enseguida el dedo mayor derecho -desde la propia posición biddle- empuja hacia adelante la carta superior de este paquete que ha caído a la mano izquierda para que, a continuación, la mano derecha deje su paquete sobre el de la izquierda, cuadrado con éste, de suerte que en la mano izquierda queda un único paquete con una carta sobresaliendo hacia adelante por el centro del mismo.
Esta cara parece que va a ser la elegida, cuando en realidad es la policía, pues la elegida ya están en manos del espectador.
(No recuerdo ahora mismo el autor de este exquisito forzaje, variante sutil del forzaje perpendicular o criss cross, pero puedes rastrearlo en la Enciclopedia del Forzaje de Tamariz.)
Ahora le aguarda la sorpresa final al espectador. ¡Agárrate, que vienen curvas!
Te dispones a girar la carta sobresaliente y, tras un instante de suspense, la giras. Se ve que es la carta policía. A continuación el espectador mira la carta que tiene entre manos.
¡Es la elegida!
NOTA:
A mí me gusta rizar el rizo, por lo que incluyo justo antes de la revelación una falsa proximidad.
Me explico, antes de extraer la carta sobresaliente, cojo el mazo con la mano derecha y lo acerco a las manos del espectador, de suerte que la carta que sobresale toca ligeramente -y durante un instante- la piel de alguna de sus manos.
Inmediatamente me alejo y procedo con la revelación antes descrita.
Te aseguro que es sorprendente cómo algunos espectadores, en el análisis posterior, sostienen que he debido cambiar las cartas precisamente en ese momento de contacto.
4. Romper la carta antes de transformarla o reconstituirla.
Para romper una carta, es perfectamente lógico girarla cara abajo tras mostrarla para iniciar su rotura.
A continuación te describo un manejo de Dani DaOrtiz muy efectivo, en el que muestra una carta, la voltea para romperla, la rompe, tira los trozos hacia atrás y luego la recompone cogiéndola como del mismo sitio donde los tiró.
Realizas un doble, se ve la carta -puede firmarse previamente- y volteas el doble para, inmediatamente, coger la carta superior y empezar a romperla sin mostrar su cara. Si lo haces, verás que resulta perfectamente natural este volteo previo a la ruptura.
A continuación, tiras los trozos por encima de tu hombro derecho. Y la mano derecha, en relajación, cae sobre la baraja, empalmando la carta superior (que es la que se vio con el doble lift).
Un instante después, la mano derecha -con la carta empalmada- vuelve por encima del hombre y simula recoger los trozos lanzados, mostrando la carta recompuesta.
¡Exquisito!
5. Usar el doble en el efecto de la carta ambiciosa, no solo para producir el efecto, sino también para establecer una falsa continuidad previa a él.
Te cuento mi manejo de inicio de la carta ambiciosa. Creo que es bastante efectivo.
1. Doy a firmar la carta. Entretanto, obtengo un break de las dos cartas inferiores y lo mantengo con el pulgar derecho. Cuando el espectador ha terminado, realizo un corte deslizante con mi índice derecho e invito al espectador a que deposite su carta en el paquete de la mano izquierda.
En cuanto lo hace, mi mano derecha coloca encima de este paquete el suyo propio (añadiéndole las dos cartas inferiores) para, a continuación, realizar un doble corte a partir del break. De esta manera, la carta firmada se coloca automáticamente en tercer lugar desde arriba. Compruébalo al realizarlo.
(Nunca me ha gustado el doble corte en mano, prefiero la opción de Duvivier de realizarlo colocando los paquetes encima de la mesa, uno encima de otro.)
2. Ahora la mano derecha coge las dos cartas superiores y muestra a los espectadores que ninguna de ella es la elegida (y firmada). Mientras tanto, el pulgar izquierda empuja y retrae la carta superior del paquete izquierdo -la firmada- obteniendo un break con el meñique izquierdo bajo ella.
Ahora es sencillo volver a colocar ambas cartas sobre la baraja y mantener la separación de tres cartas.
3. A continuación realizo un triple lift a lo Stuart Gordon -fácil gracias al break- y muestro que la carta ha subido. Primer efecto. El doble lift se ha usado para mostrar el efecto de que la carta ha subido.
Volteo sobre la baraja este triple, cojo la corta superior y la pierdo en el centro, insertándola de dorso -y sin mostrarla, claro- por el extremo estrecho superior, el más cercano al espectador.
4. De nuevo muestro la carta superior, cogiéndola con la mano derecha. Se ve que la firmada no ha subido aún. Aprovecho esto de nuevo para que mi pulgar izquierda empuje y retraiga la carta top (la firmada), obteniendo un break bajo ella.
Como antes, al devolver la carta sobre la baraja, obtengo automáticamente la separación bajo -en este caso- dos cartas. Estoy listo para hacer de nuevo el doble lift de Stuart.
5. Ahora realizo un nuevo doble lift. Se ve que la carta ha subido.
Una vez más, volteo el doble sobre la baraja, tomo la carta superior de dorso y la inserto por el centro del extremo estrecho superior sin que se vea, pero dejándola medio salida.